martes, 14 de enero de 2020

Poesía robada

Poesía robada

Lucifer de los poemas.
Angel del verso caído.
Palabras del fuego eterno.
Letra del fruto prohibido.

Las metáforas me tientan
en renglones de pecado
a recitar epopeyas
de infernales pareados.

Las analogias arden.
La inspiración ha llegado.
Mi castigo es escribir
estrofas para el macabro.

Mis odas se quemarán
por no haberlas publicado
en un infierno asonante
de sonetos incendiados.

Seré bardo apocalíptico
o un trovador satánico,
un lírico anticristo
o un acróstico malvado.

Le he vendido mis rimas
y he firmado un contrato,
al Belcebú de la tinta
sin recibir nada a cambio.

He perdido mi cadencia,
he caído en el engaño,
me ha robado la poesía,
por estar desesperado.

No hay poeta que se precie,
que no lo haya intentado,
que para mejorar su obra,
vende su musa al diablo.

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