Tantas monedas tiraste
y al final te salio cara,
mas no era la fortuna
sino el perfil de la Parca.
No la escuchaste llegar,
debia venir descalza,
te quería sorprender
un Domingo de mañana.
Debía de tener prisa
y la guadaña afilada
pues no quiso perder tiempo
en arrebatarte el alma.
Esperò tu soledad
para atacar por la espalda
y romperte el corazon
cuando nadie la miraba.
Yo no le guardo rencor
por que a todos nos aguarda,
pero se presentò muy pronto
sin que nadie la invitara.
Fue el primero de Marzo,
el día de su llegada,
quiso cobrarte la renta
del cuerpo en el que habitabas.