Playa de Razo
Siempre en el mismo lugar
pero siempre en movimiento.
Eres un mar de costumbres.
Un océano de péndulo.
Es tu inmenso arenal
con dunas llenas de senderos,
el sitio para ir a pasear
los amores mas intensos.
Donde tu extensión termina
comienza la de los granjeros,
que abonaban con tus algas
para cultivar los grelos.
Las rocas luchan a muerte
contra el mar el año entero
y las que caen en la batalla
se hacen arena al momento.
Son tus fondos submarinos
los torpedos traicioneros
que apuñalan los cascos
de mercantes y veleros.
Eres temor y sustento
de todos los marineros,
también eres el paraíso
de los surfistas extranjeros.
Santa Mariña saluda
a los pájaros viajeros
que regresan cada año
a su labor marisquero.
A tus aguas de seda azul
los delfines van cosiendo,
solo se ven sus agujas
para jugar y tomar aliento.
Siempre cada temporada
recoges para tu provecho
robándonos algún alma
para que duerma en tu lecho.
Vivir en ti es un riesgo
pero no un sufrimiento,
bien lo saben sus vecinos
desde el día de su nacimiento.
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